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En el Origen: El Color

 

Desde los ¨precursores¨ abstraccionistas mexicanos: Mérida, Gerzo y Goeritz, siempre hubo lugar para el Geometrismo  y a lo largo del tiempo éste ha tenido sus seguidores, como siempre haciendo eco de tendencias contemporáneas internacionales.

 

El camino del geometrismo ha sido recorrido por espléndidos creadores mexicanos desde la década de los 60´s del siglo pasado y Oscar Lozano decide, en años recientes,  volver a transitarlo ofreciéndonos nuevas lecturas y encuentros agradables.

 

En primer término resulta evidente que la ¨ratio¨ es superada por el sutil (pero contundente) lenguaje del color, ahí reside el artista no la mente calculadora alimentada  - y auxiliada – por la tecnología sino una expression llena de emociones.

 

Es el color que seguramente  impregnó sus percepciones en muy tempranas edades, con ese inmenso y deslumbrante colorido del universo indígena de su casi  natal Chiapas (nació en Monterrey de madre Chiapaneca) y que ahora brota en su discurso plástico, el color es el hilo conductor de su discurso, la mayor parte de las veces llevándonos a remansos tranquilos gracias a delicados equilibrios y en otras a sumirnos en océanos de reflexiones derivadas de las grandes cantidades de matices plasmadas en la tela, degradaciones producto de captar la luz y domeñarla. ¨Por sus grises les conocereís¨ reza un antiguo dictum pictórico.

 

Una propuesta que pareciera tender  al raciocinio se transmuta en una expresión emocional de gran fuerza gracias al color, éste  nos asalta de improviso logrando una hipnosis que no paraliza sino que nos mueve a lo largo y ancho de sus telas.

 

Telas meticulosamente trabajadas, bien resueltas, impecables en su manufactura en donde brota la escritura de color con fraseos sugeridos ya polisémicos (las de gran contenido de colores) o bien de referentes directos (los minimalistas y casi monocromáticos).

 

El óleo trabajado con oficio venciendo dificultades que lo único que hacen es que el artista depure su técnica.

 

Oscar Lozano, como lo hicieron sus antepasados pictóricos y escultóricos mexicanos en su  momento, ahora en pleno siglo XXI hace eco de los grandes geometristas contemporáneos baste mencionar una de las ramas creativas del alemán Gerhard Richter y los extraordinarios ejemplos de  Oliver Mardsen (Inglaterra) y Daniel Buren (Francia)

 

El panorama plástico de nuestro entorno  se enriquece con esta muestra que desde Kazuya Sakai y de Fanny Sannin, no gozábamos de un geometrismo que trasciende la forma.

 

Jorge García Murillo

Junio 2015

Fragmento

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